Aunque viajeros hay casi tantos como personas, lo cierto es que muchos de ellos se repiten. Tanto que se puede hablar de que, casi todos, podemos englobarnos en algunos de los perfiles más habituales de aventureros a los que gustan de disfrutar de sus días libres marchándose de vacaciones.
Así son los viajeros más comunes
El ahorrador
Esa gente que viaja mirando constantemente el dinero. Además de revisar cien mil sitios antes de decantarse por aquel al que le dejará sus amados euros, no dejan de repasar la aplicación del móvil para ver si le han cobrado o no o cuánto les queda en la cuenta. Uno de los peores acompañantes.
El gastador
La némesis de ahorrador. Cada vez que sale de casa es un festival y quiere dejar constancia de ello. Comilonas a lo grande, noches de despilfarro y compras compulsivas necesite o no lo que adquiere llevan su visa a temperaturas desorbitadas.
El planificador
Otro de esos plastas con los que es mejor no viajar si eres aventurero. En lugar de dejarse llevar por lo que le apetece en cada momento tiene pautadas tanto las visitas como el tiempo que tienen para cada una. Improvisar, que es lo mejor de los viajes, no entra en su cabeza. Hay que correr para verlo todo y no dejarse absolutamente nada de lo que pone en todas las guías.
El pasota
A quien tampoco conviene llevar a rastras es al contrario del planificador. Estos viajeros viajan porque alguien se lo ha dicho, empujados por su acompañante y lo mismo les da ir aquí que allá.
El juerguista
El alma de la fiesta de cada viaje en grupo. Ya durante el trayecto está planeando dónde se tiene que salir cada noche. Prefiere disfrutar del ocio de las ciudades que de los highlights. Los museos son para muermos y la vida son dos días. Así lo entiende él.
El deportista
No importa donde vaya. Necesita que los hoteles tengan gimnasio o, en su defecto, un parque cerca en el que salir a correr a las seis de la mañana antes de empezar a ver cosas.
El tecnológico
Cualquier aparatito que puede llegar a servir de algo de utilidad durante un viaje lo lleva. Es por eso que en cada excursión va cargado como una mula con sus cargadores, objetivos y todo lo que pueda mantenerlo conectado.
El minimalista
Vaya donde vaya y sea lo largo que sea el viaje va con equipaje de mano. Si hace falta compra ropa barata o tira de lavandería. Cualquier cosa menos esperar a que arranque la cinta de equipajes. “A mí no me perderán la maleta” es su frase preferida.
El novato
Este viajero primerizo puede llegar a ser cargante por su entusiasmo. Además, también te puede meter en algún que otro problema como consecuencia de su falta de conocimiento sobre cómo comportarse en contextos distintos a los que él maneja.
El hablador
Uno de los más cansinos. Lo suyo es dar la turra comentando todo sobre el viaje, lo que ya han visto, lo que van a ver o lo que vio en otro viaje pasado. Si quieres disfrutar de un viaje tranquilo aléjate de ellos.
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