Razones por las que viajar se pueden por contar por millones. Por tantos como viajan cada día de un lugar a otro motivados por casi cualquier cosa.

Eso es precisamente lo que ha querido descifrar el portal ‘The Meaningful Journey’, donde en las últimas horas han presentado lo que han querido calificar como un mapa emocional que tiene el objetivo de ayudar a entender qué es aquello que más nos motiva a la hora de emprender un nuevo viaje, así como cuáles son las emociones que más sentimos desde el proceso de elección del destino y hasta la conclusión del mismo. Vamos a verlas.

Las 15 emociones que más nos acechan en cada viaje:

Inspiración

Dicen que es habitual que los viajes se disfruten más durante la preparación del mismo que durante la ejecución. Antes de que nada de esto tenga lugar se produce una inspiración realmente bonita como es la que tiene que ver con soñarnos en un determinado lugar despertando la ilusión a cada paso que damos buscando información sobre cómo llegar, qué ver o cómo sacarle el máximo partido a la aventura.

Planificación

Es el momento de plasmas todos esos sueños en realidad. La planificación es la fase en la que debemos partir de un presupuesto para escoger un destino, uno o varios hoteles, la mejor forma de llegar a él en tiempo y forma y los traslados internos si es que los hubiere. En esta fase muchos viajeros experimentan otra sensación algo menos agradable como es la impaciencia, cuando no el estrés ante la cercanía del mismo y la falta de planificación.

Reserva

Tras el ajetreo de la preparación llega el momento de sellar nuestro compromiso con el viaje con la reserva. Es justo después de reservar el destino cuando nos invade la emoción. Lo que tanto deseábamos va a convertirse en realidad y solo es cuestión de tiempo que arranque esa anhelada aventura.

Post la reserva

Pasados unos días tras la reserva y antes del inicio del viaje se mezclan sentimientos como la duda sobre si hemos planificado bien el viaje, la impaciencia porque este llegue cuanto antes, la tranquilidad por tenerlo todo cerrado y la adrenalina al pensar en todo lo que vamos a hacer una vez lleguemos. Es muy posible que, durante esta fase, se acaben por pasar por varias de estas emociones.

Inicio del viaje y estancia

El viaje comienza haciendo la maleta y revisando el reloj a cada rato y las páginas en las que se anuncia el estado de los vuelos o las carreteras, cuando no el tiempo. Viajar, además de disfrutar del destino a golpe de paseo, fotos, comidas y compras, es también todo lo que implica desde que hacemos camino al aeropuerto hasta que llegamos de vuelta a casa. En el camino habrá tiempo para la felicidad, el estrés, las prisas y la calma.

Regreso

El peor momento de cada viaje es el momento de volver a realizar la maleta y hacer marcha de vuelta a casa. Melancolía, tristeza, cansancio y satisfacción por haber disfrutado de una experiencia que guardaremos para siempre en el recuerdo se entremezclan a la espera del próximo viaje.

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